08 abril, 2009

5 | Mi bando

Un día a la mañana, mientras estábamos trabajando en la Muela de Sarrión los Republicanos empezaron a cañonear la posición Franquista, a tal punto que nos mandaron a retirarnos en desbandada. Un compañero y yo nos quedamos escondidos debajo de un peñasco esperando que llegue la avanzada Republicana pero no lo hicieron hasta más tarde. Al llegar a la Masía pasaron lista y obviamente faltábamos dos, sin perder tiempo, el jefe les ordenó a dos escoltas subir a buscarnos. Cuando los vimos, sin que se dieran cuenta bajamos al valle y llegamos a la compañía, ante la pregunta del jefe sobre si los habíamos visto, nuestra respuesta fue negativa. Por la tarde el ataque fue más fuerte y pudieron llegar hasta el campamento pero a nosotros ya nos habían evacuado a un pueblo que se llama Puebla de Valverde, ahí estuvimos enterrando muertos varios días hasta que nos volvieron a llevar otra vez a la Muela. Cuando empezamos a trabajar nuevamente observamos que había fusiles y bombas de piña1 abandonadas y entre cuatro que andábamos con ganas de pasarnos al otro bando escondimos algo de ese material por si nos hacía falta. Ya teníamos fijado día y hora. Para no levantar sospecha le dije a mi madre en una carta que andaba con ganas de ver a mi tío Manolo (un hermano de ella) que estaba en Madrid. El día fijado llegó, estaba todo preparado para escaparnos. Justamente, después de cenar repartieron el correo y yo recibo una carta de mi casa en la que me decían que no lo hiciera, especialmente por la enfermedad de mi padre (la enfermedad de mi padre era que estaba condenado a la pena de muerte). Analizada la situación les dije a mis compañeros que ellos hicieran lo que mejor les pareciera, que yo no los iba a delatar. Todo quedó en la nada.

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